La sabana es un ecosistema de interés nacional según la ley La reacción de la clase dirigente de Bogotá ha sido bestial frente al intento de la nación de salvaguardar el agua y la tierra fértil de la sabana. Quieren seguir haciendo el negocio que hoy hacen, voltear las tierras de la sabana para urbanizar. No les importó el primer aviso de la insostenibilidad de su proyecto: una enorme ciudad que se queda sin agua. Mantener el negocio inmobiliario en la sabana, no arrojará sino resultados negativos: quiebra de constructores, una ciudad capital que empezaría a morir por escasez de agua, una Sabana pavimentada, pero sin agua. No pueden ser más bestialmente irresponsables. Es la codicia en su máxima expresión por encima de la vida. Claro que es la población sabanera es la que debe decidir su destino. La población bogotana no ha logrado aún captar la insostenibilidad vital de la expansión de su ciudad y el uso de los grandes negocios sobre el transporte y la tierra en su vida cotidiana. Pero es la población la que decide sobre su territorio y debe ser convocada frente a la resolución propuesta por el gobierno nacional. Espero que la convocatoria a cabildos, consultas, asambleas populares alrededor del agua en la región, puedan ser mecanismos de participación abiertos y masivos.